domingo, noviembre 26, 2006

La Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino

La Junta Suprema de Gobierno que Fernando VII había dejado a su partida había quedado totalmente desacreditada por su sumisión a las presiones francesas. Así mismo, el Consejo de Castilla, que trató de apoderarse del poder supremo fue también rechazado por las localistas y, verdaderamente eficaces Juntas Provinciales.

Sin embargo, las diferencias surgidas entre varias de éstas aconsejaron la creación de una Junta Central en la que se vieran representadas todas las provinciales. A tal efecto se creó el 25 de septiembre de 1808 la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino, presidida por el antifrancés conde de Floridablanca. Su principal cometido sería la dirección de la guerra. La labor de la misma, durante los dos años que duró fue difícil por las luchas internas y los avatares diversos de la guerra. Así, mientras en las juntas provinciales existía un predominio de la tradición política en la Central existieron diversas tendencias. Los defensores del antiguo régimen, otra más numerosa inspirada en el espíritu reformista de Carlos III y, una tercera, más radical y avanzada.

Esta Junta actuaría como un soberano. Su sede se situaría en un primer momento en Aranjuez para, tras la entrada de la Grande Armée desplazarse a Sevilla y de allí a Cádiz, donde acabaría disolviéndose. Su gobierno perduró desde su constitución el 25 de septiembre de 1808 hasta el 31 de enero de 1810, en que se disolvió. La llegada de las tropas francesas a Sevilla en enero de 1810 obligaron a la Junta a refugiarse en la Isla de León, Cádiz, donde los alborotos promovidos por los sectores más conservadores hicieron que la Junta acabara desapareciendo cediendo el poder a una Regencia. Sin embargo, su "última voluntad" era clara, que el nuevo órgano de gobierno convocara a los obispos y grandes a Cortes.

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